La salud y la enfermedad. Es lo mismo.
Me explico. No hay diferencia entre salud y enfermedad pues los dos son energía. Por eso tenemos la capacidad de sanar y enfermar al modificar nuestra energía.
Pero, ¿Cómo lo hacemos? Somos seres pensantes. Diariamente con nuestros pensamientos principalmente.
Nuestros pensamientos emiten ondas electromagnéticas. La diferencia entre un pensamiento y otro está en su frecuencia, alta (positiva) o baja (negativa). Cuando enfermamos nuestros pensamientos han vibrado “negativamente” durante un tiempo suficiente como para afectar a nuestro campo áurico primero y luego reflejarse en nuestro físico.
De ahí la importancia de mantener nuestro campo vibratorio sano. Si no lo hacemos, somos más susceptibles a toparnos con ciertas energías ambientales y de otras personas que pueden llegar a afectarnos.
Las personas que están mucho tiempo cerca de otras, por ejemplo trabajando, son más propensas a enfermedades porque están siendo cruzadas sus energías continuamente. Si tu energía vibratoria es alta, la energía baja ni se te acercará.
Lo importante que debemos saber es, que en realidad no existe la enfermedad ni la salud, sino que existe la energía. Ésta ni se crea ni se destruye, sólo se transforma (Lavoisier), se transmuta, por lo que si sabemos que a través de nuestros pensamientos, emociones y actitudes diarias somos capaces de estar sanos, ¿porque no hacerlo?.
En nosotros esta la decisión.
Para mantener pensamientos positivos debemos aprender a perdonar y a no juzgar, y a vivir conscientes y hacer ciertas pautas que transmuten aquellas energías negativas que hemos permitido que nos afecten.
Con la nueva energía que ahora vibra en la tierra cada vez hay más gente consciente y más gente capaz de sanarse a sí misma o sanar a los demás a través de despertares de capacidades. Tú también las tienes. Empieza liberando emociones para poder desarrollarlas.
Ten fe en ti mism@ y siéntete capaz, porque tú también puedes sanar.
MiRa