SIEMPRE Y NUNCA

Estas dos palabras han sido inventadas por los humanos, y solo nos limitan.
Llevan al extremo el tiempo.
¿Para qué decirlas si solo al pronunciarlas nos estamos limitando y creando realidades que no son favorecedoras para nosotros por muy positiva que sea la frase?
Pongamos un ejemplo: “siempre estoy feliz”.
¿Qué hay de realidad en esta frase aunque parezca positiva decirla o escucharla? Somos felices porque vivimos en un mundo de emociones y equilibrio, pero por ello también somos capaces de fluir con la tristeza.
Por lo tanto, tampoco sería correcto decir “nunca estoy feliz”.
Prueben a añadir “nunca y siempre” a cualquier frase y verán como no las sienten reales.
En un mundo de equilibrios nos encontraremos con un poquito de todo, porque por ejemplo, para sentirse feliz, ¿acaso antes no te has sentido triste? .
Y así con todo.
Por lo tanto, utilizar estos dos adverbios no nos servirán de mucho para estar en la luz, ya que pronunciarlos nos desvían del camino.
Es cierto que puede costar al principio dejar de pronunciarlas por la costumbre de muchas frases que decimos sin pensar, pero os aseguro, que el cambio en el vocabulario es más que beneficioso!.
Un abrazo y nos vemos en el próximo artículo del alma!

☆ MYS ♥♥

 

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